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Discurso del Gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, en el acto de lanzamiento de la Segunda Etapa de Antioquia Libre de Coca

El próximo año Colombia celebrará 200 años de su independencia. La independencia y la libertad, no son eternas, hay que estarlas consiguiendo día a día, y ahora que preparamos a Colombia para celebrar esos 200 años de independencia, no es la hora de hacer una fiesta, es el momento de decidir si esa libertad que se consiguió hace 200 años, existe realmente hoy o si tenemos que luchar por una nueva independencia, salir de una nueva esclavitud que está amarrando a Colombia y a los colombianos.

Colombia aparece con la vergonzosa noticia que casi el 70 por ciento de los sembrados de coca del planeta están en nuestro país. Que vergüenza. Y detrás de ese 70 por ciento de los sembrados de coca que se han establecido en Colonmbia, nos viene silenciosamente quitando la libertad, esclavizándonos.

Los narcotraficantes, los vendedores de droga, que solamente nos están entregando violencia, muerte, crímenes. Cuando se siembra una mata de coca se está cavando una nueva tumba. Por eso creo que la tarea que tiene Colombia es declararle frontalmente la guerra a la droga y a la coca.

No veo que exista en este país un problema más grave que nos traiga tantas consecuencias malignas que todos los sembrados de coca que se vienen instaurando en nuestro país.
Y esa coca que arruina el campo, que esclaviza a nuestros campesinos, quienes han venido cayendo en la trampa de cultivarla, es lo que no deja que este país crezca en su campo y le de dignidad a los campesinos, pero no deja tampoco que en las ciudades tengamos paz y tranquilidad.

La coca no solamente vive de la ilegalidad nacional, sino que paulatinamente también empieza a deteriorar las estructuras de legalidad de los países donde llega. En Colombia un kilo de coca empieza en el campesino que no recibe nisiquiera el cuatro por mil de su precio final.
Eso quiere decir que la coca sigue un camino tortuoso para poder llegar a los diferentes países y ciudades de Colombia y mientras más difícil es llegar a un país, más alto es el precio de la coca y queda el tufillo que en todos estos países también está obrando la ilegalidad, está sirviendo la extorsión y las malas prácticas.

Por eso, no veo hoy un problema más grave en este país ya hay que declarar la guerra total a la producción de coca y al consumo. Todos los crímenes, toda la violencia que tenemos en Antioquia, finalmente encuentran su esencia y su explicación en este problema tan grave de la coca.

En el día de ayer tuvimos una muy mala noticia, que tres geólogos de la empresa internacional Continental Gold, fueron prácticamente fusilados por unos bandidos en un corregimiento de Yarumal.

Estos ingenieros venían trabajando en exploraciones para ver si un nuevo sistema económico llegaba a esas regiones tan abandonadas.

Y estos asesinos, a sangre fría, son producto del narcotráfico, de la coca y de la minería ilegal. Y este tipo de hechos, si no superamos el problema de la droga, van a seguir sucediendo, porque el poder al cual se enfrenta cualquier autoridad que quiera luchar contra la coca, es un poder que a veces ni las cuentas económicas dan en una calculadora.

En Colombia, dicen los datos, se producen cerca de 1.370 toneladas de coca al año y se están decomisando unas 400 toneladas anuales, eso quiere decir que los que estamos en el gobierno luchando contra este flagelo, nos estamos enfrentando a un poder criminal de dinero en efectivo equivalente a la venta de mil toneladas de coca anuales, cifra que nisiquiera nos cabe en el cerebro a los humanos.

Cuando empezamos el programa Antioquia Libre de Coca, recibía miles de correos donde me decían que no me metiera con ese problema, que a uno lo pueden matar, perseguir, hacerle daño, pero si vamos a gobernar un territorio, tenemos que esconder el miedo para poder buscar las soluciones.

Necesitamos que los que participamos en una tarea de gobierno tan compleja, seamos capaces de vivir sin miedos, porque de lo contrario, ninguna mejora le vamos a traer a esta sociedad.
El pasado mes de noviembre, con bombos y platillos, con presencia de altas personalidades, presentamos la fase uno del programa Antioquia Libre de Coca. Hoy, después de venir preparando hace más de un mes esta fase dos, no tenemos la presencia de las mismas personalidades, pero tenemos más energía, más compromiso, y queremos seguir luchando para que liberemos nuestro territorio de esa maldición que es la coca en nuestro país y en nuestro departamento.

Fuimos paradójicamente una noticia muy mala que salió de las Naciones Unidas, en el sentido que a diciembre 31 de 2017, Antioquia creció sus cultivos de coca de 8.900 hectáreas en el 2016 a casi 13.500 hectáreas en el 2017, y lo mismo o más le pasó a Colombia.

Sin duda, una mala noticia que desanima a muchos, pero que no nos desanima en el gobierno de Antioquia. Venimos cumpliendo una tarea seria, valerosa y no vamos a bajar la guardia para que en Antioquia entendamos que la coca es la peor maldición, el peor factor de atraso que podamos tener en nuestro territorio.

No vale la pena hacer grandes inversiones en otros frentes si dejamos que la ilegalidad, el crimen, los bandidos y los delincuentes, usando ese dinero maldito de la coca se instalen en nuestro territorio. Pero, no nos desanimamos porque queremos hacer un exámen serio de cómo el gobierno y las autoridades están enfrentando este flagelo.

Desde nuestro punto de vista en la Gobernación de Antioquia, la estrategia de combatir la coca en Colombia y en Antioquia, es muy débil y está equivocada. Empecemos por el sistema de información:

En la vida moderna, uno no puede hacer empresa, no puede ser un líder ni gobernar, si tiene información anticuada. Hoy, a una persona joven uno le presenta una información de lo que ocurrió el año pasado y se ríe. Hoy vivimos la época digital, la del tiempo real.

Por eso, resulta por lo menos vergonzoso para un país que empecemos a opinar y a trabajar con una información vieja, de hace casi un año. Es vergonzoso que ni el Gobierno Nacional, ni nuestro gobierno, tenga, ante el problema más grave que es la coca, un sistema de información caduco, vetusto, inútil.

Qué interés tiene para nuestra lucha contra la droga, que nos pasen un informe de diciembre 31 de 2017, eso no sirve para nada, eso no nos indica por dónde van los sembrados de coca, ni que hemos hecho en 10 meses. Eso al país lo desorienta y lo muestra como un gobierno pasado de moda, ineficaz e ineficiente.

Es hora que nosotros hagamos un sistema de información en tiempo real, que nos diga ayer cuanta coca teníamos, por dónde va, cómo hay que atajarla. Pero es horroroso que simplemente cada año nos digan hace un año cuanta coca teníamos.

Lo que haya que invertir para hacer un sistema de información serio, responsable, eficaz, que nos ayude a los gobernantes a enfrentar los bandidos, unos bandidos que parecen ser más competitivos que el estado.

Por eso, si el Gobierno Nacional no decide hacer un sistema de información sobre siembra de coca en tiempo real, la Gobernación de Antioquia va a abrir una licitación nacional e internacional, para que tengamos un sistema de información sobre los sembrados de coca en tiempo real, y podamos saber cada ocho días o cada mes hacia donde están corriendo los sembrados de coca; y sobretodo que nos permita medir si las fuerzas de seguridad del Estado si van actuando de acuerdo a los retos que se están requiriendo.

O sea que eso es, digamos, nuestra primera preocupación y por eso no nos desanimamos. Precisamente, en esta Fase 1 nos hemos dado cuenta que estamos luchando como en épocas antiguas, como lo hacía Don Quijote de la Mancha contra los molinos de viento o como Olafo en sus tiras cómicas, que cada vez que actuaba no era eficiente y hacía las cosas al revés
O sea que lo primero que vamos a hacer en esta segunda fase es ver si tenemos ayuda internacional, si tenemos ayuda nacional, o si no con recursos propios la Gobernación de Antioquia va a contratar un nuevo sistema de información de siembra de coca, para poder ser eficiente. Si no tenemos un sistema de información esta guerra, esta lucha, de una vez la ganaron los bandidos.

Segundo, queremos también trabajar en modernizar la erradicación de coca. Esto no solamente es sumando y restando, cuando iniciamos este proyecto en noviembre de 2017, Antioquia aparecía con una cifra vieja, de hace un año de 8.900 hectáreas. Hemos trabajado día y noche, y hemos erradicado, el año pasado, 7.400 hectáreas a través de nuestra Policía y de nuestro Ejército. Este año llevamos erradicadas 7.500 hectáreas, o sea que entre nuestro Ejército y nuestra Policía hemos erradicado, en el 2017 y el 2018, 15.000 hectáreas y teníamos sembradas 8.900, eso no lo entienden en ningún colegio, no hay matemáticas y eso está indicando la gravedad del problema.

Hemos erradicado 15.000 hectáreas de 8.900 y aparecemos ahora con 13.000 hectáreas, eso lo que me está diciendo es que el problema es gravísimo, que los bandidos y los delincuentes son muy ágiles, y que a veces, también, nos pasan cosas que permite que crezcan los sembrados de coca. Yo, por ejemplo, creo que en las negociaciones del proceso de paz se crearon unas ofertas, unos mecanismos económicos que estimularon la siembra de la coca.

El año pasado se decía que el Gobierno Nacional le iba a dar un millón de pesos mensuales a los campesinos que demostraran que tenían coca y que les iban a dar 36 millones de pesos para semillas, para fertilizantes y para que sembraran cultivos legales.

Ese mensaje pudo haber sido muy efectivo, si antes de anunciarlo se hacía una caracterización de los que estaban sembrando coca, pero no hubo ninguna caracterización. Y entonces creo yo, que mucha gente que estaba que estaba pobre, que escucha que ofrecen un millón de pesos mensual al que demuestre que tiene un sembrado de coca, pues eso estimuló para que el sembrado de coca creciera en nuestro departamento, y por eso es posible que al 31 de diciembre de 2017 hayamos tenido un incremento de cerca de 4.000 o 5.000 nuevas hectáreas.

Y resulta mucho más extraño que habiendo erradicado 15.000 hectáreas con nuestro Policías y nuestro Ejército, arriesgando su propia vida, todavía no hayamos avanzado significativamente en la erradicación de la coca. Hay que felicitar el valor de nuestros soldados, el valor de nuestra Policía, pero también tenemos que hacer un alto en el camino y observar si esta es la forma de luchar contra una economía criminal que tiene tecnología, que se mueve libremente, y que tiene todos los recursos económicos y materiales para seguir creciendo.

Desde mi punto de vista, y después de tener esta primera fase de Antioquia Libre de Coca, creo que el mecanismo de erradicación manual no es el mecanismo más eficiente. Creo yo también, con el debido respeto del señor Presidente de la República, que es un mecanismo fallido porque la resiembra es mucho más rápida que la erradicación manual.

Si ese es el problema más grave de Colombia yo le voy a proponer al Presidente, que al menos en Antioquia, nos permitan utilizar la fumigación de precisión, la fumigación de eficiencia para erradicar la coca en nuestro territorio. Éstas son las nuevas tecnologías.

Anteriormente, la fumigación se hacía con unos aviones que fumigaban todos los territorios. Hoy tenemos en mis manos dos propuestas. Tenemos una propuesta de helicópteros que son capaces de fumigar con precisión una zona, que le indiquemos que está sembrada la coca. Y tengo también en mis manos una oferta de drones, que pueden cargar hasta 15 kilos de fumigación y que pueden fumigare dos o tres hectáreas en 15 minutos, y los costos son muchísimos menores al esfuerzo de mano y al esfuerzo que hacen con valor nuestros soldados y nuestros policías, que están exponiendo su vida permanentemente con una mina antipersonal o con otros delitos que cometen estos delincuentes de la droga.

Estos drones pueden perfectamente dejar un registro de cuánto fumigaron, que área y cuáles son todas las especificaciones de ubicación del terreno, son precisos, y también los están ya utilizando en sembrados en Colombia, y en esos mismos sembrados, por ejemplo, como la caña, también utilizan glisofato, como utilizan todos los colombianos que tenemos finca, es utilizan en toda parte.

Tenemos que evolucionar en la lucha contra el narcotráfico, tenemos que modernizar nuestra guerra, tenemos que ser más eficientes, porque hasta hoy los bandidos han resultado más competitivos que el Estado y que nuestras fuerzas de seguridad, porque están creciendo los sembrados de coca.

Por eso, yo quisiera que esta segunda fase que hoy va a tener el apoyo de 720 soldados nuevos, más unos 200 civiles que van a trabajar con esos soldados, yo quisiera que el Gobierno Nacional y nosotros mismo hiciéramos una reflexión de eficiencia.

En alguna ocasión que hablaba con el señor Presidente, el Doctor Iván Duque, cuando tocamos el tema de los helicópteros, él decía que le daba temores que de pronto lo tumbaran cuando estuviera fumigando; pero eso es un problema menor, porque en Antioquia hoy completamos 3.600 soldados y policías dedicados a la erradicación manual de los cultivos ilícitos, pues ellos a la vez que pueden seguir erradicando manualmente, nos pueden prestar protección a estos aparatos de tecnología, para que rápidamente podamos fumigar y que la resiembra no se dé como está ocurriendo hoy, que erradicamos manualmente dos o tres hectáreas y cuando se va el Ejército y la Policía, vuelven y lo siembran o la misma semilla que queda allá crece inmediatamente, y tenemos mucha más coca.

Quiere decir esto, que esta segunda fase nos puede llenar de más compromiso de hacer una pedagogía social, para que los antioqueños y los colombianos despertemos, que éste es el verdadero problema que nos está esclavizando.

A éstos ingenieros que mataron en Yarumal, no son nada menos que una dolorosa consecuencia de unos bandidos, que en este caso son los miembros disidentes de las FARC sumados al ELN, para ver cómo consiguen financiación. El Clan del Golfo se financia con la coca. ‘Los caparrapos’ que eran segundones del Clan del Golfo, ahora se han vuelto otra banda criminal horrorosa.

Ahora el frente 36 de las FARC quieren volverse poderosos usando la droga y usando la extorsión. Esos asociados entre las FARC y el ELN están cambiando droga que tienen en ese sector por armas, con las bandas criminales del Valle de Aburrá. Las bandas criminales del Valle de Aburrá le están mandando armas a ellos para fortalecerse y ellos (las FARC y el ELN) a su vez están mandando droga para el Valle de Aburrá.

O sea que estamos cayendo en un círculo de horror, en un círculo de terror, en un círculo del miedo, donde muchos dirigentes prefieren callar, pasar de agache, sin saber que la coca puede destruir a Colombia.

Por eso, hoy lanzamos esta segunda fase, la lanzamos con más compromiso, con más deseo de acertar, con más convencimiento que Antioquia y Colombia no se van a arreglar mientras utilicemos unos mecanismos vetustos e ineficientes en la lucha contra la droga. Tenemos que convencer a todos los colombianos que la droga es la peste más grande que tiene este país, es la amenaza más grave contra nuestros jóvenes; cuando no se puede exportar, vienen también y se la venden a nuestros jóvenes.

O sea que hoy el Gobierno de Antioquia dice: Seguiremos luchando sin descanso para que Antioquia quede libre de coca. Tenemos que dejar los miedos, tenemos que guardar el miedo en los cajones, tenemos que tirar el miedo donde nos salga, para que todos los antioqueños nos comprometamos a la nueva independencia de Antioquia, a la nueva independencia de Colombia, que solamente la tendremos cuando acabemos totalmente con la coca en Antioquia y nuestro país.

Muchas gracias. 


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